Cuando pensamos en ventanas correderas, es común asociarlas con la presencia de condensación y un bajo nivel de aislamiento (tanto térmico como acústico), especialmente durante la temporada invernal. Esto nos hace cuestionar la utilidad de este tipo de ventanas en comparación con otras como las ventanas practicables u oscilo-batientes, las cuales se consideran más efectivas en términos de aislamiento.
Las ventanas correderas fueron desarrolladas para maximizar el uso del espacio disponible, ya que no requieren más espacio que la propia ventana al abrirse, mientras que las ventanas convencionales necesitan que el espacio de apertura esté completamente libre y no pueda ser utilizado para otras funciones. En situaciones en las que se requiere una apertura amplia, el espacio dedicado a la apertura y cierre de las ventanas convencionales puede ser significativo, por ejemplo, una ventana de 1,20 m de ancho con dos hojas necesita aproximadamente un metro cuadrado de espacio libre para abrir completamente sus dos hojas.
Mantenimiento del aislamiento en ventanas correderas
El mantenimiento de las ventanas correderas es más exigente que el de las ventanas de apertura tradicional, ya que los elementos que proporcionan el sellado para un correcto aislamiento se encuentran en partes en movimiento constante. Estos movimientos continuos exponen a los elementos de sellado a esfuerzos de cizallamiento, lo que resulta en un mayor desgaste en comparación con una ventana de apertura tradicional.
Por lo tanto, es importante prestar especial atención al cambio de estas piezas en el momento en que no puedan cumplir su función de sellado, ya que de lo contrario el aire frío y húmedo penetrará en la casa, aumentando la humedad relativa del aire interior y agravando los problemas de condensación en las ventanas.
Las ventanas correderas han evolucionado y en la actualidad se dispone de materiales y técnicas constructivas que les permiten ofrecer el mismo aislamiento acústico y térmico que las ventanas tradicionales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el mantenimiento de las ventanas correderas es crucial para garantizar su eficiencia energética. Los problemas de condensación en las ventanas correderas suelen ser causados por ventanas que no cuentan con rotura de puente térmico, pero también pueden ser resultado de problemas internos en la construcción de la ventana. Por lo tanto, se puede afirmar que las ventanas correderas son una opción viable y eficiente, siempre y cuando se les brinde el mantenimiento adecuado.
Causas de las condensaciones en ventanas
Las condensaciones excesivas no son sólo causadas por ventanas de mala calidad, sino también por las actividades diarias que llevamos a cabo en nuestras viviendas, como respirar, sudar, cocinar y ducharnos, las cuales generan vapor de agua que se queda suspendido en el aire de la vivienda. La capacidad del aire para contener el vapor de agua depende de su temperatura: a mayor temperatura, mayor capacidad de contener humedad.
Si la temperatura del aire baja lo suficiente, como en el caso de ventanas mal aisladas que estén más frías que el ambiente, el aire no será capaz de mantener en suspensión todo el vapor de agua y se depositará en las superficies más frías, siendo mayor la cantidad de agua cuanto menor sea la temperatura de dichas ventanas.
Si te enfrentas a problemas de condensación excesiva en tus ventanas correderas, no es necesario realizar una obra costosa y cambiar todas las ventanas. En su lugar, puedes contactar a una empresa profesional de tratamiento de humedades como ELIMINAR HUMEDADES. Con más de 20 años de experiencia, sus técnicos ofrecen soluciones efectivas y de contrastado funcionamiento.
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